Las máquinas destinadas al tratamiento de la fibra de vidrio desarrollan, principalmente, dos tipos de contaminante completamente diferentes: polvos y estirenos.
Una adecuada aspiración localizada, realizada mediante conectores dispuestos de forma apropiada, garantiza la evacuación del contaminante. En otros casos, la colocación de brazos de aspiración y/o paredes con aberturas resulta la solución más simple.
El flujo aspirado primero se envía a un filtro de mangas/cartucho con limpieza del medio filtrante mediante impulsos de aire comprimido en contracorriente y, posteriormente, a una torre con relleno de carbón activo.
La torre se dimensiona según los parámetros impuestos por la normativa y/o por las pautas relativas a las mejores tecnologías de abatimiento (BAT). Los más significativos son:
•    el tiempo de contacto,
•    la altura del lecho,
•    la velocidad de cruce.
Además, la carga y la descarga del carbón resulta fácil de realizar y, sobre todo, «con seguridad».
En base a las diferentes etapas de trabajo, se puede gestionar la capacidad de aire y, por tanto, los ahorros energéticos.