En el sector alimentario el contaminante tratado es un polvo potencialmente explosivo y, por tanto, todos los componentes de la instalación deben ser certificados Atex según la clase de riesgo en la que trabajan.
Una importante distinción a tener en cuenta es la relacionada con el tipo de material de fabricación a utilizar para la instalación, ya que si está en contacto con el producto alimentario a recuperar, deberá ser de AISI 316.
El flujo aspirado y/o proveniente de transportes neumáticos se lleva a un filtro pulse jet con mangas antiestáticas e incluso tratadas con un proceso hidrófugo.
Un ventilador centrífugo en caída de presión al filtro (que trabaja con aire limpio) mantiene la adecuada caída de presión de la línea, mientras una chimenea introduce el flujo tratado en la atmósfera.